Historia del abrelatas
El abrelatas es un dispositivo muy útil que siempre debe estar presente en cualquier cocina pues permite abrir cualquier lata de conservas de forma rápida, segura y sencilla, al menos la mayoría de modelos de abrelatas actuales.
El origen del abrelatas es relativamente reciente (a principios del siglo XIX), y de los rutinarios abrelatas originales, se ha evolucionado a auténticas piezas mecánicas e incluso eléctricas como las actuales.
La utilidad de estos dispositivos es tal que suelen ser utilizados como elementos promocionales, como los que produce Fundimak, una empresa especializada en la fabricación de abrelatas promocionales que ofrece una amplia variedad de productos a empresas, organizaciones y particulares.
Cuál es el origen del abrelatas
La historia del abrelatas comienza en la ciudad de Nueva Orleans en Estados Unidos cuando la primera fábrica de conservas apareció y no incluyó un elemento para poder abrirlas, lo que generó la necesidad de disponer de un aparato especial para ello.
Ezra Warner fue el primero que diseñó un artilugio especialmente pensado para abrir latas de conservas, con un sistema mecánico que incluía una gran hoja curva que se aplicaba al borde de la lata, y se deslizaba abriéndola al aplicarle una fuerte presión.
Este sistema era muy peligroso para las manos y dedos del que abría la lata por lo que no tuvo demasiado éxito.
La evolución del abrelatas
Con el consumo creciente de productos enlatados aparecieron nuevos modelos de abrelatas como la llave incorporada en la lata. Esta era una buena forma de abrir las latas fácilmente, pero tenía el inconveniente de poder adaptarse a todos los modelos de latas.
El abrelatas más parecido al que utilizamos hoy en día fue patentado en el año 1870 por William W. Lyman, conocido como el abrelatas cabeza de buey. La evolución de este fue el abrelatas de garfio y los abrelatas de palanca.
Hoy en día los abrelatas pueden ser incluso eléctricos y es habitual que muchas empresas los utilicen como elementos promocionales para ofrecer a sus clientes un regalo útil que les aporte valor.